Uso de deshumidificador para el control de la humedad en áreas de resguardo histórico
En anteriores artículos hemos descrito la importancia de conocer los efectos que puede producir la presencia de humedad en o cerca de las piezas de arte que más nos encantan, así como el deterioro irreversible que podría ocurrir en tales obras. Igualmente mencionamos la importancia o utilidad de instalar un deshumidificador en áreas con objetos de valor que pueden ser susceptibles a la humedad, como los museos o bibliotecas.
Ahora, vamos a hablar acerca de los efectos negativos que inciden de forma directa el moho sobre los materiales de museo, como telas, madera y papel, además de cómo evitarlos.
Primero vamos a mencionar a las telas o demás textiles, y es que estos se verán notablemente afectados por los microorganismos del moho, incluso los efectos nocivos podrían ser irreversibles; las fibras de las telas se debilitarán, además podría aparecer una especie de moteado en las mismas, similar a lo que sucede en algunas impresiones gráficas.
Todo aquel objeto valioso de museo que esté hecho con piel, puede dañarse por la presencia de moho y humedad, debilitando notablemente el material, debido a la producción de ácido por parte del hongo, sin duda la corrosión será muy visible y difícil de erradicar.
Cómo detectar indicios de moho en el museo y en sus piezas de arte
Una forma común de detección es por medio del olfato, si nosotros empezamos a notar que huele a humedad en cierta zona o pieza, es porque puede haber indicio. Otra forma de encontrar microorganismos que estén afectando nuestros objetos valiosos es por medio de la vista; tenemos que observar si hay presencia de pigmentación en las superficies. Otra manera de encontrar microorganismos es a través de la luz ultravioleta, y es que éstos se tornarán luminiscentes al momento de ponerles la luz.
Ahora, lo importante de todo esto es saber prevenir o por lo menos controlar la acumulación del hongo, ¿cómo hacemos esto? Pues sencillamente bloqueándoles la posibilidad de reproducirse por medio de su principal catalizador: la humedad. Por ello es trascendental tener una regulación del ambiente interno del museo o cualquier lugar que resguarde piezas importantes de colección, y el uso de deshumidificadores puede ser una gran opción.
Lo esencial es que tengamos disciplina en el monitoreo de los niveles de humedad en el museo o áreas de resguardo importantes. La humedad relativa interna ideal para estos lugares tiene un rango de entre el 45% y el 55%, siempre cuidando que no rebase el 65% de saturación ambiental, ya que de presentarse tal escenario, será obligatorio el uso de dispositivos deshumidificadores en todo el lugar, para que podamos bajar los niveles de humedad. Asimismo la temperatura tiene que ser observada y controlada en todo momento, siendo un rango ideal entre 18 y 20 grados Celsius. Además la ventilación es fundamental para que los microorganismos no se desarrollen en estos lugares, por ello la utilización de ventiladores o extractores puede ser una gran idea.
También es importante checar a fondo todas esas filtraciones que pudieran suscitarse en los muros y techos del museo; checar siempre las tuberías u otras filtraciones es esencial, así como impermeabilizar los techos exteriores.
Ahora, para tratar objetos que ya han sido dañados por la humedad, lo más sensato es poner tal objeto en una bolsa de polietileno, para luego sellarla por completo, de esa forma no se propagarán las esporas por la demás superficie, posteriormente la pieza de valor debe ser transportada a un espacio limpio, para que podamos reducir la humedad con un desecante.
Por otro lado para tratar la infección de la pieza, se podrían emplear filtros HEPA para la absorción de los microorganismos, sin embargo esto tiene un proceso algo más complicado, por lo que lo mejor sería asesorarse con profesionales.