Los grandes archiveros privados o de dominio público, deben contar con el principio de la preservación, a través de control atmosférico para protección de colecciones valiosas, muchas de ellas valuadas en cientos de miles de pesos. En ese sentido, se debe planear la mejor estrategia para adaptar sistemas realmente eficientes –desecantes industriales–, con el menor costo, pero una efectividad sinigual.
Empecemos por uno de los principios fundamentales: los grandes archiveros de objetos valiosos no son lugares de paso ni convivencia. Bajo ese precepto o premisa, se parte para obtener la mejor conservación de colecciones o archivos relevantes, para una sociedad pública o privada.
Otro aspecto esencial: la limpieza. Es bastante obvio, considerando el daño que puede provocar una simple mota de polvo a una superficie sensible. Además, es notable que el principio antes mencionado, se verá un poco violado, debido a que, de forma inherente, habrá gente entrando y saliendo constantemente en estas grandes salas, dejando alguna suciedad a su paso.
Control de las condiciones ambientales
Esto se maximiza aún más, en el almacenado de piezas de museo, como documentos gráficos, fotografías, lienzos, objetos metálicos, piezas de madera, etc. En ese sentido, la información pertinente de las condiciones ambientales en estos lugares, tiene que ser impecable de una u otra manera. Discerniendo también, aquellos objetos incompatibles entre sí, antes de siquiera pensar en almacenarlos en un mismo sector de almacén o archivero. Un ejemplo claro, es que las fotografías comúnmente no deben ir junto a objetos de madera, puesto que estas últimas pueden desprender aromas que afecten al material fotográfico, afectando su conservación.
Uso de los deshumidificadores industriales para salas de exhibición
Los sistemas deshumidificadores industriales o de humidificación, son esenciales para grandes salas de exhibición, pero también son sumamente necesarios para los enormes archiveros municipales o estatales, por no decir de entes privados que se dedican exclusivamente a la preservación de material valioso.
Desde un inicio, en la concepción de un lugar especial para archivar material especial, se deben tener en cuenta muchos aspectos, para evitar humedad dañina y exposición solar. Por ello, los especialistas marcan puntualmente que las áreas secas son la mejor opción. Lugares que no sufran tantas fluctuaciones o cambios ambientales, donde incluso, dichas áreas pueden tener ausencia de ventanas o protecciones, pero mientras las variaciones térmicas se mantengan, no debería haber problema en la conservación de documentos y objetos valiosos.
Asimismo, se deben evitar posibles encharcamientos o inundaciones, debido a filtraciones en la estructura, ya sea en techo y muros. Situar muy bien las canaletas que circulan el agua hacia los drenajes. En sí, toda la estructura donde se manejen archivos históricos fotográficos o negativos de cristal, tienen que contar con una impermeabilidad impecable, con sus aislantes que eviten filtraciones de humedad y que, además, auxilien en la operatividad de los distintos mecanismos de climatización, como aire acondicionado y sistemas de deshumidificación, entre otros.
En caso de que no se pueda hacer un aislamiento en muros, sobre todo en edificios viejos, entonces hay que escoger la pintura adecuada para el recubrimiento de tales estructuras. La pintura es esencial para fijar los polvos alcalinos del concreto. Los pisos pueden ser de madera, pero debidamente barnizada, o en su defecto, hechos con materiales sintéticos para que no se desprendan polvos ni aromas que afecten las colecciones más valiosas. Y por ningún motivo, el archivero o almacén de esta clase de objetos, debe tener alfombras u otros felpudos, que acumulen microorganismos dañinos para cualquier tipo de ambiente y desde luego, los tesoros nacionales.
Así que, en cualquier trabajo de remodelación, desde una simple pintada, hasta cambio estructural, lo mejor es remover las colecciones con mucho cuidado, porque los polvos y los barnices son sumamente dañinos para cualquier objeto de colección. Y en la culminación, adaptar sistemas deshumidificadores industriales o caseros, para el control permanente de la humedad.